No tienen vino
En el II Domingo de Cuaresma nos aplicamos la súplica de María a Jesús en las bodas de Caná. Cuántas veces también nosotros carecemos de vino: nos falta el fuego del amor, y nuestra vida es como agua insípida. Conjuraremos el peligro de la tibieza cuidando con esmero cada uno de nuestros encuentros con el Señor.