Barrer siempre la casa
En el Evangelio de la Misa de hoy Jesús explica lo que le ocurre a quien se ha liberado de un demonio y barre y arregla su casa. Pero ese demonio desea regresar, y trae consigo siete más. No basta barrer una vez, sino que debemos barrer siempre. Decidirnos por la opción fundamental del amor a Dios, en un planteamiento de santidad que nos lleve a la vida en Cristo y a la aceptación gustosa del plan de la Providencia para con nosotros.