Apostolado



Rebosa para dar

Jesús se manifiesta decepcionado de las ciudades ribereñas del lago por no haberse convertido. Este dolor ha de ser también el nuestro, al ver las almas que se pierden. Pero el celo apostólico sólo se enciende con un amor personal, ardiente y profundo a Jesucristo. Largas horas de intimidad aseguran una vida llena de fruto.