Cumplir y luego enseñar
El que cumpla los mandamientos y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos (Mt 5, 17-19). Experimentando el amor de Dios seremos testigos creíbles de lo que luego prediquemos. La fecundidad del apostolado depende de la unión vital con Cristo. Dolor por las almas extraviadas. Conciencia de ser semilla empapada en la Sangre de Cristo.