Décimo quinta meditación
– Curso de retiro para sacerdotes –
El Espíritu Santo en la vida del sacerdote
El religioso tiene la vida regulada: en este momento debes hacer esto y, en el siguiente, aquello. El sacerdote no tiene regla alguna, de ahí la imperiosa necesidad de escuchar al Espíritu Santo para discernir la voluntad de Dios. Al final, la santidad consiste en ser dócil a esas mociones. El sacerdote ha de discernir también la acción del Espíritu en sus parroquianos, tanto en lo relativo a su vida espiritual como en las iniciativas que surjan.