El Santificador
La obra redentora de Jesús no culmina con su Resurrección, sino con el envío del Espíritu Santo en Pentecostés. Nos vamos del retiro muy bien aprovisionados con el gran Don de Dios, su gran regalo. Buscamos atraer más la acción del Santificador y advertimos su presencia en los frutos que de esa acción se siguen.
Esperanza alegre
Que siempre encuentre Dios en nuestras almas una actitud agradecida: será no sólo un acto de justicia, sino un recurso maravilloso para que siga dándonos la abundancia de sus dones. Esperamos esa continua asistencia, y debemos por tanto corregir actitudes pesimistas. Ser optimista es atender a lo óptimo, pues Dios supera siempre nuestras expectativas.