El Espíritu Santo es la gran donación
En sus últimas conversaciones con sus apóstoles, Jesús tenía un interés muy particular en hablarles del Espíritu Santo. “El Paráclito habita en ustedes”, les decía, animándolos a contar con ese Amor sustancial que los llevaría a la santidad. Estemos atentos a sus mociones, recordando que el Espíritu Santo es fruto de la cruz, de la entrega total a Dios y de la renuncia a nosotros mismos.