Santísima Trinidad: principio y fin.
En la Solemnidad de la Santísima Trinidad agradecemos y adoramos a la trinidad de Personas en la Unidad de sustancia. Nos alegra conocer que Dios no es un ser solitario, encerrado en su propia grandeza, sino que es familia, es amor eternamente fluyendo de una Persona a otra. Y, desde la creación de seres racionales, ese amor fluye también a nosotros. Le damos gloria a la Trinidad, gloria que le niegan las otras religiones monoteístas, y que le niegan también tantos católicos para los cuales la Trinidad es irrelevante.