31 de julio

San Ignacio y el Espíritu Santo

El fundador de los jesuitas fue alcanzado por la gracia del Espíritu Santo durante su convalecencia en la casa paterna. Una vez más, advertimos que la santidad es responder a la acción irruptora del Paráclito, dejándonos conducir por Él. ¿Cómo lograr que pueda el viento del Espíritu llevarnos a las alturas de la santidad?