Nacer en una cueva
De principio a fin, de Belén al Calvario, Jesús nos manifiesta un ejemplo elocuente que busca curarnos de una enfermedad heredada: la soberbia. Enfermedad incurable, pero no necesariamente progresiva. La humildad arregla todo, incluida la puerta que abre la eternidad. Volvernos como niños, que no piensan en su valía y tienen una fe plena en Dios.