Adviento es purificación
Nuestro corazón es como un pozo donde se acumulan escombros. Estamos invitados a purificarlo, especialmente en este tiempo litúrgico. Busquemos de qué somos “coleccionistas”: de agravios, de escrúpulos, de juicios negativos. Jesús dijo: Deja que los muertos entierren a los muertos. Tú ven y sígueme (Mt 8, 22). La pureza de corazón consistirá al final en buscar siempre y en todo la unión con Jesús.