Sea la Cruz bienvenida
Durante el éxodo por el desierto, el pueblo de Israel se rebeló varias veces contra Moisés. En una de ellas, Dios les envía serpientes venenosas cuya picadura les producía la muerte. Moisés levanta la serpiente de bronce, figura de Cristo crucificado, que trae la salvación. No hay modo de salvarnos sino a través de la Cruz de Cristo: que sea, pues, bienvenida, decía Teresa.