Silencio



Silencio para oír a Dios

“El Espíritu condujo a Jesús al desierto”, nos refiere el Evangelio del primer domingo de Cuaresma. Al hacerse hombre, Cristo nos revela nuestra identidad: somos seres orantes, y solo en el silencio estamos en realmente nuestra alma y es ahí de donde procede el valor de nuestras palabras y acciones.



Valor del silencio

En las reacciones de Jesús ante las tentaciones que padeció en el desierto, encontramos el modelo perfecto para vencer las tentaciones que se presenten en nuestra vida. Requerimos para ello el recogimiento interior. ¿Cómo adquirirlo?