26 de diciembre
El buey y la mula
Al volver nuestra mirada al pesebre, advertimos la presencia del buey y la mula. Ellos reconocen a su Señor, y no así el mundo, que lo rechaza pecando. El hombre, por la hybris, se coloca en lugar de Dios, cerrándole por el pecado la invitación al amor. Abrámonos por la contrición reconociendo nuestros pecados.