El Resucitado lo llena todo
La Resurrección de Jesús, además de ser un milagro, es un misterio. Él entra, también corporalmente, a la vida que ya no está limitada por el espacio, ni por el tiempo, ni por el declive, ni por la muerte. La realidad creada de Jesús, glorificada, asume la creación, y en Él nos movemos, existimos y somos. Él lo llena todo con su presencia.