Sábado Santo



Sábado Santo: María y la mujer

Permanece la Iglesia en profundo silencio porque su Señor está sepultado. En medio de nuestra pena, vamos a consolar a María. Pero, como suele suceder con las madres, son ellas las que consuelan a sus hijos. Ver a María es comprender el designio de Dios para todo ser humano, pero especialmente para la mujer. En ella encuentra la mujer lo más sustantivo suyo, por lo que ninguna ha de sustraerse al suave influjo de María.



Sábado Santo: Virgen de la Soledad.

Día de silencio, de soledad, de luto. No hay Evangelio, ni oraciones litúrgicas. Para hablar de la Soledad de María recurrimos a los poetas: Lope de Vega, Pemán, que habla de María como “Maestra de soledades, enséñame a estar contigo”. En su soledad remedia la nuestra, dándole sentido. Hacemos un pacto: le entregamos todo a través de una vida mariana, y Ella vela siempre por nosotros.