28 de agosto
El mayor amor: la Encarnación.
Santo Tomás asegura que, de todas las pruebas del amor de Dios por los hombres, la más grande es la Encarnación del Verbo. En Jesús encontramos la grandeza divina, con la que puede intervenir en nuestra mente iluminándola, y tratarlo como uno de nosotros, con confianza y connaturalidad. Si Jesús es nuestro todo, hagamos con frecuencia actos de amor, que nos unan más intensamente a Él y hagan crecer nuestros deseos de la unión definitiva. “Haz continuos actos de amor, aunque pienses que solo son de boca” (San Josemaría)