12 de diciembre
Un regazo para nuestra indigencia
Para resolver lo insoluble, el remedio es claro: acudir a Santa María. Eso hizo san Josemaría al venir a Guadalupe. Busquemos también nosotros el refugio del regazo de María, que en las apariciones de 1521 quiso mostrarse como Madre amantísima. Cualquier existencia que no sea la de una perfecta unión con Dios en el regazo de María, es demasiado complicada.