Julio



14 de julio

Les deseo que sean consolados en sus corazones

A los Colosenses (2, 2) manifiesta san Pablo su amor paternal al escribirles: “Les deseo que sean consolados en sus corazones”. Y es que todo hombre es indigente, carente, necesitado de consuelo. Y lo es particularmente en el fondo de su yo, en su corazón. Ese consuelo es Jesús y, al recibir su consuelo, nos convertimos en consoladores suyos: Él tiene sed de nosotros. Seremos consolados con la oración contemplativa, donde se dan verdaderos encuentros y uniones.



15 de julio

Haz de tu vida continua oración

La persona del Señor está convertida en oración. Es el homo orans que revela el hombre al propio hombre, y le descubre la grandeza de su vocación: ser interlocutor de Dios. La oración es una actitud interior, una situación del alma que acoge la continua presencia de un Dios que quiere entrar en diálogo con él.



16 de julio

La Virgen del Carmen en nuestra vida

Hoy podemos lucrar indulgencia plenaria por llevar el escapulario del Carmen. Reconozcamos ese detalle maternal de María que nos quiere dar un vestido en el que se manifiesta su constante protección. Dios ha querido manifestarnos su amor, su poder y su cercanía a través de un corazón materno.