4 de octubre
Pobreza para amar mejor
“Seguir a Cristo, hijos míos, es nuestra vocación”. No se trata de vivir un ideal en soledad sino de una diaria aventura de amor. Invitados, por tanto, a ubicarnos en el centro del Señor, que es su Corazón. Dejar que nos atraiga, para que cada día sea mayor nuestro amor, ya que no tenemos otro Nombre por el cual ser salvados. Un Corazón que se esconde en el Pan, en el que se encuentra el Bien Supremo e Infinito.