Octubre



10 de octubre

Dar la vida por las ovejas

Tanto ama Jesús a sus ovejas, tal es el ansia de su Corazón por salvarlas, que entrega su vida para lograrlo. Le duele que tantas se pierden, le duele por el sufrimiento de ellas y por la pena de su propio Corazón. Y nos envía a recobrarlas, a llevarlas a su redil. Es la tarea más trascendente a que podemos dedicarnos sobre la tierra. En rigor, es la única tarea a la que vale la pena dedicar la existencia.