Mayo



29 de mayo

La Ascensión une cielo y tierra

Si la Resurrección es la fiesta de la fe y la Pentecostés la del amor, la Ascensión es la fiesta de la esperanza. Nos ancla en nuestro futuro. Estaremos en el seno de la Trinidad también corporalmente, y esa ilusión nos invita a vivir ya desde ahora contemplativamente. “En la línea del horizonte parece que se juntan el cielo y la tierra, pero donde de verdad se juntan es en vuestros corazones”, escribió san Josemaría (Conversaciones, 116).



30 de mayo

Decenario al Espíritu Santo, el Huésped permanente.

Como las vidrieras de una catedral, los santos son aquellos que permiten que pase a través de ellos la luz y el calor del Espíritu Santo. No son nuestras fuerzas o capacidades las que nos santifican, sino la acción del Dador de vida divina. Lo tenemos como Huésped desde el bautizo y corremos el riesgo de que pase inadvertido. Agradecerle su presencia, disponiéndonos a secundarlo mejor.



Mayo 31, 2025

La alegría de la Visitación

San Francisco de Sales tuvo la intuición de fundar una Orden contemplativa que pudiera salir de la clausura para, con el espíritu de María, visitar a los necesitados. Se trata de una intuición hermosa: ir, con el alma llena de Jesús, a aliviar el sufrimiento. Bastó un solo saludo de María para llenar de gozo a Isabel y a Juan. Busquemos vivir la caridad desde el amor de Dios que tenemos en el corazón.