Julio



Julio 27

De la familia de Dios

A veces puede sucedernos como a aquellos enfermos que pierden la conciencia de su identidad: no saben quiénes son, ni dónde están. Quizá nos puede ocurrir lo mismo con nuestra identidad profunda: la de ser hijos de Dios. Somos mucho más de lo que parecemos. Dios nos ha tocado como con una varita mágica que nos ha cambiado nuestra naturaleza. Y eso se ha de notar en todas las manifestaciones de nuestra vida.