Alma sacerdotal



Manar de la Sangre

El sacerdocio es para la Eucaristía, y todos en Misa estamos invitados a actualizar nuestra alma sacerdotal, para unirnos a la Víctima del altar, que es la misma del Calvario. Experimentaremos entonces todos los frutos de la Redención.



La Misa de cada día

¿Qué hiciste hoy? Por encima de cualquier otra ocupación, deberíamos poder decir: fui a Misa. Entonces todo adquiere sentido, pues ahí se centra todo: la Redención, la santificación, el apostolado, el desagravio, la Iglesia, las almas del Purgatorio… Y, ¿cómo vivirla mejor? Haciéndonos hostia con la Hostia, conformándonos con el Crucificado.



Cómo te purificas en Misa

Las palabas de la consagración Esto es mi cuerpo, que será entregado… esta es mi sangre, que será derramada…
pude apropiárselas cada fiel, pues está invitado a hacer, de toda su jornada, una Misa.
Ahí sucede el doble significado de sacrificio: destruir, eliminar, y santificar, hacer algo sagrado.
La mitad mala de nuestra vida queda purificada en Misa, la mitad buena queda santificada.