Adviento



Adviento: Jesús Hombre

El Adviento significa los miles de años de ansia de la Humanidad, anhelando al Redentor. Dispongamos ahora nuestra alma para ver con ojos nuevos el prodigio de un Dios que se cansa, que sufre dolor físico, que conoce la traición o el abandono. Que esta Navidad llegue luego de una verdadera ansia de Jesús.



Constante conversión

El profeta Isaías y san Juan Bautista nos presentan, en adviento, la necesidad de la conversión para recibir el Reino de Dios. Y lo mismo hace Jesús cuando comienza su vida pública. Invitados a vivir in statu conversionis, siempre buscando un mayor amor, una mayor finura de encuentros con Jesús, una mayor adhesión a su Cruz…



Con María en el Adviento

A veces corremos el riesgo de ver siempre a María “atareada”: cuidando al Niño, buscándolo en el Templo, en las bodas de Caná… pero quizá reparamos poco en la María “interior”, que guardaba y ponderaba las cosas en su corazón. Aprendamos a hacerlo nosotros, a través de incursionar en su corazón ante cada uno de los misterios de su Hijo. La Señora de los brazos vacíos, señora del Adviento, será nuestra maestra para recibir a Jesús.