San José y el santo abandono

Aprendemos de san José a estar donde debemos, haciendo aquello que Dios ha dispuesto que hagamos. Y aceptando, sin quejarnos, ni por fuera ni por dentro, de lo que nos acontece. Es el camino del abandono en manos de Dios, como el barro en manos del alfarero. Ese abandono ha de proceder del amor, y se refiere a la totalidad de nuestra vida.



José enseña a orar

Santa Teresa recomienda que tomemos a José como maestro de oración. Y es que él tenía una relación singularísima, especialísima con Jesús y con María. Todo en su trato con ellos nos habla de cariño, de cotidianidad, de ternura, de confianza, de amistad. Busquemos modos como los suyos en nuestra vida de oración.