Espíritu Santo




El Espíritu Santo santifica

Eres templo de Dios, y te transformas en Cristo por la acción del Espíritu Santo que vive en ti. Saber contar con Él y saber atraer su acción.



El Don que nos enriquece

Podríamos ubicarnos en la lista de los hombres más ricos del mundo, y aventajarlos. Porque tenemos el Don por excelencia: la Persona divina del Espíritu Santo. Tesoro infinito, no ganado por nuestros propios méritos. Gracias a ese Don, podemos hacer siempre obras sobrenaturales. Lo importante es ser dóciles a sus mociones, y entonces podrá llevarnos a las alturas de la santidad.



No te olvides del Espíritu Santo

No olvidemos a la Tercera Persona divina: intentar darle la relevancia, primero como Dios y luego como nuestro Santificador. Es el alma de la vida nueva de los hijos de Dios, lo que nos coordina y vivifica. ¿Cómo reconozco su presencia y acción, si no es sensible? Por sus frutos, comenzando por la caridad.