Transformación en Cristo



Jesús es mi vocación

En el II Domingo de Cuaresma la liturgia nos presenta en misterio de la Transfiguración del Señor. Jesús, verdadero hombre, aparece ahora en su realidad de Dios. “Dichosos los ojos”. Porque no se trata solo de un conocimiento, sino que de ahí se sigue la unión. Ser Cristo es nuestra vocación.