Orar es oír



Abrir los oídos para escuchar

El salmo 80 es una súplica de Dios a su pueblo: Ojalá que mi pueblo me escuchara… Israel, si quisieras escucharme. Nosotros somos su pueblo, y grandes cosas ocurrirán si lo escuchamos. El gran problema de nuestro tiempo, decía el papa Pío XI allá por los años 30 del siglo pasado, es la falta de reflexión. Aprender a escuchar a Dios poniéndole atención, no haciendo nada sino eso, y quitándonos la prisa.