Vida de oración



Vivir orando

Jesús nos prometió que estaría con nosotros todos los días: también hoy. Y está en lo más profundo de nuestro yo, en una intimidad ontológica, continua y creciente. ¿Cómo lo aprecio, cuánto lo trato, cómo me recojo para hallarlo? Entrar en contacto y mantener el contacto.