Vida de oración



Orar me hace rico ante Dios

En Lc 12, 16-21, Jesús nos propone la parábola del rico codicioso que, habiendo tenido una gran cosecha, manda agrandar sus graneros y decide dedicarse a la buena vida. “¡Insensato!” es el calificativo que recibe del Señor. Sí, es una gran falta de sensatez dedicarse a lo perecedero sin atender a la eternidad. E invita a “ser rico ante Dios”. Esa riqueza la acumulamos en nuestra vida de oración. Enseñanza de fray Luis de Granada.