Gracia santificante



Gracia y frutos del Espíritu

El justo es como un árbol plantado junto a la corriente de las aguas, que da fruto a su tiempo, dice el salmo n. 1. Esa corriente es la gracia, y los frutos son los resultados de la gracia, es decir, de la acción del Espíritu Santo en el alma. Ante todo, el amor. Pero consideremos también cada uno de los demás: pueden iluminarnos para comprender el grado de libertad de movimientos que le damos al Espíritu Santo.