Misericordia



Bienaventurados los misericordiosos

Las bienaventuranzas nos reinventan la vida. Y, además, a la inversa de las máximas del mundo. Casi dicen: busca la felicidad en la desdicha. Son palabras que deberíamos considerar muchas veces, sin tener miedo a plenteárnoslas. Los pobres de espíritu, los misericordiosos, por ejemplo. Santa Faustina y su mensaje.



Para ser misericordioso

Amen a sus enemigos, hagan el bien a quienes los odian… doctrina que supera todas las éticas de la antigüedad. Porque no se queda a nivel natural, sino que cuenta con que el sujeto recibe el Amor divino, y con él es capaz de amar así. De la fuente del Corazón de Jesús lograremos ser misericordiosos.