Pureza de corazón



Para ver a Dios

Jesús, en lo alto de un monte, proclama su doctrina. En el centro de ella se encuentran las bienaventuranzas, fórmulas de felicidad paradójicas: se propone buscarla en el inverso de la jerarquía de valores que presenta el mundo. Detengámonos en aquella que nos permite “ver a Dios”, es decir, sintonizar mejor las cosas de la vida espiritual. Pureza de corazón, que supone la de pensamientos, afectos, conciencia e intención.