Caridad



Un dolor y un misterio

Jesús se reúne con los suyos –la primerísima comunidad cristiana- la tarde del domingo mismo de Resurrección. Quiere que sean un solo corazón y una sola alma. No son separables el amor a Dios y el amor al prójimo. Pensemos –decía san Juan Pablo II- que cada hombre lleva en sí un dolor y un misterio. Entonces tendremos comprensión, respeto, sensibilidad y paciencia hacia él.