Esperanza



Caminante con paso ligero

Somos romeros, peregrinos. Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir. Andar a la meta con paso ligero, sin anclarnos en ninguna de las vanidades que nos presenta el mundo. Tenemos para ello la virtud de la esperanza: Spes non fallitur, y hemos de estar atentos contra tres fallas de la esperanza: el miedo, la duda y la inquietud.