Eternidad



Prepara el más allá

Nuestra vida transcurre entre dos abrazos, el bautismal y el que nos dará el Padre celestial al llegar a la gloria. Preparar el encuentro: que no sea una muerte “repentina” porque nos hemos dispuesto a ella. Y que no sea un juicio “sorpresivo”, porque hemos procurado escuchar siempre la voz de la conciencia en la que habla Dios.