Amor a Dios



Tengo el Amor de Dios para amar al prójimo

“La esperanza no falla, porque el Amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rom. 5, 5). Una revelación impresionante: tu corazón no da para amar como Dios nos pide, pero teniendo el Espíritu Santo, podemos amar como amó Jesús. El lavatorio de los pies es preludio de la entrega total en la Eucaristía y en el Calvario. Nos va a mover el Amor de Dios para que seamos capaces de la entrega total a Dios y al prójimo.