Apostolado



Ama y salva

En la parábola del gran banquete, Jesús manifiesta su dolor porque ninguno de los invitados respondió a la invitación. Pero no se quedó en eso: determinó que su siervo fuera a las calles, a las plazas, a los caminos y a las veredas para que se llenara su casa. Sacia la sed de Jesús salvando almas, llevándolas a que participen del banquete de su casa. Salvar almas, porque el demonio se está llevando a muchas.