Segunda meditación
– Curso de retiro para sacerdotes –
Vocación

Reconozcamos el gran don del Señor al habernos llamado para ser sus sacerdotes. Un gran regalo que es, al mismo tiempo, un misterio que nos rebasa. Nuestra fidelidad ha de ser consecuencia del amor, y la construimos día a día, con una continua afirmación a sus mociones. Nos servirá repasar, de vez en cuando, el capítulo del Código de derecho en el que se habla de las obligaciones de los clérigos.