Velen y estén preparados

Magdalena está de necia junto al sepulcro vacío. No permitió ella que desapareciera el último reducto de su esperanza. No permitamos tampoco nosotros de se nos pierda Jesús. La fe se ejercita de continuo, “neceando” para que todo se enfoque con esa óptica. Valor para preguntarnos: ¿Tengo fe? ¿De qué tamaño es? En definitiva, ¿trato a Jesús vivo?