Adviento



Lección de humildad

Desde el pesebre de Belén, Dios nos invita a la humildad. Primero, porque esa es nuestra verdad: el no ser ante el Ser. Después, por la íntima relación entre humildad y oración: no se puede mantener una continua conversación con Otro si el propio yo protagoniza la película interior. El humilde encuentra descanso para su alma.