22 de diciembre

O Rex gentium et Desideratus!

A dos días de la Nochebuena urgimos nuestra súplica para que llegue Jesús. Hoy lo invocamos como Rey no de los judíos sino de los que no lo son, tanto si lo saben como si no. Es el Deseado, porque nos desea, manifestando su Corazón abierto. Al sintonizar nuestro corazón con el suyo, nos situamos en el secreto del amor.