Contrición camino de santidad

En el sábado de la tercera semana de Cuaresma, la liturgia nos presenta la parábola del publicano y el fariseo. No nos acostumbremos al pecado, ni el nuestro ni al de los demás: al reconocerlo, nos llenamos de deseos de desagravio, y atraemos la gracia de Dios.