Tiempo de Navidad



26 de diciembre

El buey y la mula

Al volver nuestra mirada al pesebre, advertimos la presencia del buey y la mula. Ellos reconocen a su Señor, y no así el mundo, que lo rechaza pecando. El hombre, por la hybris, se coloca en lugar de Dios, cerrándole por el pecado la invitación al amor. Abrámonos por la contrición reconociendo nuestros pecados.



Huida a Egipto

Pasaje de la infancia del Señor poco meditado, quizá porque no tiene fecha fija y porque no se incluye en la contemplación de los misterios del Rosario. Pero que nos hace ver con toda claridad que el hombre es “conducido” por Dios, y que a Él le agrada la obediencia. Como vemos en el ejemplo de la Sagrada Familia huyendo de Herodes.