Agosto



3 de agosto

El Espíritu Santo me espiritualiza y me santifica

Les habrá extrañado a los apóstoles oír que Jesús les decía que les convenía que Él se fuera. Nada amaban más sobre la tierra, y pensaban que, yéndose Jesús, su mundo se despoblaría. Pero es que, si entendemos la donación que hace al irse, comprenderemos cuánta razón encerraban sus palabras. El regalo es el Espíritu Santo, y el Don, antes de ser entregado, es de quien lo posee, pero una vez entregado, es del que lo recibe. El Espíritu Santo es nuestro, y viene a espiritualizarnos y a santificarnos. Aprendamos a contar con Él.