Marzo



11 de marzo

La alegría es constitutiva del cristianismo

Jesús nos deja como herencia su propia alegría. “Parte integrante de tu camino”, decía san Josemaría. No es, por tanto, separable del cristianismo. El octavo pecado capital es la tristeza: de ella proceden muchos males: el desaliento, el cansancio espiritual, la falta de vibración apostólica. La alegría no es distinta de la caridad, sino un acto o efecto de ella. La alegría proviene del estar enamorado, por encima de las contrariedades o de las propias miserias.



12 de marzo

Combate contemplativo

El patriarca Jacob luchó la noche entera con un desconocido. Al final le dijo: “No te soltaré hasta que me bendigas”. También la oración es un combate, en el que vamos a encararnos con Jesús, en la noche de la fe y del recogimiento. No cejaremos hasta que nos bendiga, es decir, hasta que nos otorgue la contemplación de su rostro.



13 de marzo

San José y el abandono en Dios

Vayamos a san José a que nos dé lecciones. Hoy podemos aprender de su silencio para aceptar los proyectos de Dios sin rechistar. Es el santo abandono, al cual se llega luego de muchos ejercicios de negación de la propia voluntad. Es una gracia a la que podemos secundar nosotros aceptando, en alegre silencio, todo lo que Dios disponga en nuestra vida.