Ars celebrandi
La Misa no es una acción humana, sino divina. No es una celebración profana, sino un misterio sagrado. Hemos de acercarnos a ella con temor y temblor, no sea que se convierta en algo banal, irrelevante. El ars celebrandi tiene como primera dimensión el coloquio entre Dios y sus criaturas.
Hagan esto en memoria mía
Frase insondable: “Hagan esto en memoria mía”. ¿Qué es ‘esto’? Lo que Jesús acaba de realizar: su cuerpo entregado, su sangre derramada. Su sacrificio. “Háganlo”, con imperio, con efectos que terminan en la misma realidad. “Conmemoración”, no como un dato en la memoria, sino como un recuerdo: traer al cor, al corazón. Acudamos a Misa con una fe grande y un corazón que queme.