Vivirla mejor



La Misa es encuentro con Cristo

El día del Señor tenemos, sí, el deber de darle culto con la participación en la Santa Misa, pero sobre todo la dicha, el honor, la gran felicidad de poder estar presentes en el mismo Sacrificio de Jesús. ¿Cómo vivirla mejor? Las respuestas serían interminables. Pensemos en la del padre Pío: “Para mí la Misa es un encuentro con Cristo”. ¿Lo es también para mí?



Para vivir la Misa

Jesús emplea a veces el condicional: si tuvieran fe… si me amaran… si conocieran el don de Dios… Nos deja entrever algo de sus maravillas. Una de ellas es la Misa. Pensemos detalles para mejorarla, comenzando por la disposición de nuestro interior a formar el ‘espacio vital sagrado’. Con alma humilde veamos en los signos humildes –pan, vino, agua- el inefable milagro que presenciamos cotidianamente.



Abel, Abraham, Melquisedec

La sangre derramada por Abel, el sacrificio de Isaac y la ofrenda e Melquisedec son preparativos del Padre celestial para la ofrenda de la Santa Misa. Nuestra santidad depende del modo de vivir la Misa, y lo mismo la eficacia de nuestra vida. Requerimos los dones del Espíritu Santo, porque es un misterio que nos rebasa.