María nos centra en la gracia
Jesús nos dijo que en la vida tendríamos tribulaciones. Además, llevamos a cuestas nuestra propia miseria y advertimos que el mal avanza a grandes pasos. ¿Qué habrá pensado Dios para que no nos desanimemos? Una madre, un corazón dulce, cariñoso, que nos acompaña como si fuéramos su hijo único. Y, ¿qué la hace capaz? Su plenitud de gracia, su plenitud de amor. Ella nos acompaña y alienta para que la gracia crezca en nuestro interior.